Había una niña muy distraída, callada y como metida en sí misma, siempre muy despistada y como en otro planeta. Nunca sabía que día es hoy. Se levantaba tempranísimo para ver los colores del amanecer y en la noche sacaba una silla al patio, para ver las estrellas. Aunque sacaba buenas calificaciones, le gustaba más jugar y dibujar que ir a la escuela. Se pasaba el día en su cuarto dibujando y de noche, mientras todos dormían, ella seguía pintando su mundo hasta muy tarde de la noche. Siempre.
Una tarde de verano murió el papá. En la casa todos lloraban y correteaban trastornados; todos menos ella, que andaba como poseída en el potrero persiguiendo un pájaro azu para dibujarlo. Por eso la apodaron "la tonta del pájaro".
Definitivamente, en la familia la mayoría pensaba que "la tonta" no tenía ningún futuro.
Siempre la veían como apartada de todos con su cuadernito de dibujos y unos lapicillos de colores, haciendo sus "garabatos".
Así fue creciendo y enseñando lo que hacía y a la gente le gustaba su trabajo, que era sencillamente un mundo maravilloso. Obtuvo una beca para estudiar arte en el extranjero. Cuando regresó ya venía con trabajo y ganaba mucho dinero; más del que todas sus hermanas juntas. Ella pagaba las cuentas, compraba la comida y hasta compró una casa para vivir con toda la familia que antes creía que ella, la tonta del pájaro no tendría ningún futuro.
Ve vos.